Cualquier tipo de trabajo lleva un tiempo de ejecución, el cual es directamente proporcional a la complejidad del mismo.
A mayor complejidad mayor será el tiempo que este trabajo nos tomará. A esto también hay que sumarle las cosas inesperadas que normalmente surgen en la obra…
Caños que pasan por lugares que no deberían, pisos de madera que se encuentran muy desnivelados o falta de potencia en el suministro eléctrico entre otras cosas son factores que más de una vez han hecho que las cosas se atrasen increíblemente.
Cuando estos atrasos empiezan a surgir uno intenta doblar esfuerzos y ganar tiempo no perdiéndolo en cosas innecesarias, ¡pero cuidado!; este tipo de apresuramiento nos puede llevar a obtener un trabajo de inferior calidad a lo requerido.
En mi experiencia las obras duran lo que tienen que durar y si bien soy más que conciente que los atrasos no le sirven a nadie el límite de la rapidez con que debemos hacer un trabajo está dado por la calidad del mismo.
En cuanto uno nota que la calidad de un trabajo ( plastificado, hidrolaqueado, etc) está descendiendo por causa de la velocidad a la cual queremos llevar la obra es el momento de parar la pelota, enfocarse en los detalles y hacer las cosas a la mayor velocidad que uno pueda; siempre poniendo por sobre todo la calidad de lo que está haciendo.
Claramente en este punto debemos de tener la claridad de pensamiento para entender que por mucho que se moleste un cliente con la situación (o a veces con uno), se enojará aun más si el trabajo queda mal hecho o se nota como hecho a las apuradas.
Todos queremos hacer las cosas rápido y terminar lo antes posible con nuestra tareas para disfrutar de más tiempo libre pero cuando las cosas se empiezan a complicar es ahí cuando debemos (generosa y enérgicamente) poner más de nosotros mismos para que las cosas queden perfectas; y si para esto debemos de ir un poco más lento entonces es un pequeño precio a pagar por un trabajo bien hecho y por un cliente que rápidamente olvidará los atrasos ocurridos en pos de un trabajo de calidad.
Alberto